Faustino Oro, el chico argentino de 10 años que tiempo atrás se mudó a España para potenciar su talento y apuntalar su promisoria carrera en el ajedrez, dio el golpe ayer al vencer al número uno del mundo, Magnus Carlsen, en una partida bullet.
Oro y Carlsen se enfrentaron el Bullet Bral 2024, un certamen abierto de partidas ultrarrápidas que se juegan online en las que cada jugador tiene un minuto en total para mover sus piezas y para intentar vencer a su rival.
El argentino, con un rating ELO de 2330, jugó con piezas blancas y superó el gran maestro noruego (2830) en 48 jugadas para redondear un triunfo histórico en su incipiente aventura sobre los tableros.
“Estoy muy contento; una gran alegría para mí porque nunca había jugado contra él”, le dijo Oro a la prensa española tras haber conseguido una victoria que jamás olvidará.
Oro terminó ubicado en el 21° lugar en este certamen, que tuvo como ganador al gran maestro estadounidense Hikaru Nakamura, el mejor de la especialidad a quien Oro había vencido el sábado, seguido por el mexicano José Martínez Alcántara y por el también estadounidense Daniel Naroditsky. En total participaron 156 jugadores.
Oro esperaba con ansias jugar por primera vez contra Carlsen y este domingo tuvo la oportunidad. Y no la dejó pasar. Arrancó bien plantado, con una apertura que lo dejó mejor posicionado. Hasta llegó a decir: “Si pierdo yo en esta posición me tengo que retirar del ajedrez”. Sin embargo, Carlsen, cinco veces campeón del mundo hasta que decidió no defender más el título -ahora en manos del chino Ding Liren-, reaccionó y no sólo equilibró el juego, sino que pasó a tener una posición dominante. No en vano también es un fenómeno en el ajedrez rápido y en la modalidad relámpago.
Parecía resignado Faustino hasta que percibió un error de su laureado adversario y no lo pasó por alto. «Vamos», murmuró primero y casi que no se dio cuenta cuando Carlsen, ya sin chances de reparar su equivocación y con menos piezas, se rindió.
«Le gané a Carlsen«, soltó incrédulo. El argentino, no obstante, no tuvo tiempo para festejar, ya que enseguida tuvo que empezar a jugar contra otro rival. Así son estos torneos ultrarrápidos en los que el análisis queda en un segundo plano y la intuición cotiza en bolsa.