El vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció en una conferencia de prensa la apertura del pago del transporte público a través del celular y tarjetas de todo tipo, poniendo fin a la exclusividad que hasta ahora tenía la SUBE. Adorni aseguró que la actual tarjeta continuará siendo una opción válida, pero no la única, ya que sigue cumpliendo un papel crucial en la fiscalización de los servicios y los gastos de las empresas de transporte.
Aunque la medida busca simplificar y federalizar el sistema, aún hay incertidumbre sobre su implementación y sus implicaciones. Por un lado, se pospuso la decisión de un paro de colectivos en el AMBA debido a un conflicto salarial en el sector del transporte. Por otro lado, surge la preocupación sobre el control estatal de la información y la redistribución de los subsidios hacia la demanda, como se pretende.
Expertos señalan que la SUBE no es solo un medio de pago, sino también un sistema de información crucial para la regulación del transporte público y la planificación de políticas urbanas. La transición hacia el uso de tarjetas bancarias y billeteras virtuales plantea desafíos técnicos y financieros, así como interrogantes sobre la integración de las bases de datos y la modernización del sistema SUBE para mantener su centralidad en la gestión de la movilidad urbana.
