Desde 2018 existe en Argentina una política pública que tuvo resultados positivos para revertir una de las problemáticas sociales y de salud más complejas de abordar. Se llama Plan ENIA (Embarazo No Intencional en la Adolescencia) y logró reducir la tasa en un 50% en cinco años. El Plan acaba de ser desmantelado por el gobierno en un contexto de achicamiento general del Estado. Para especialistas de distintos ámbitos, la decisión es un enorme retroceso.
En 2017 nacieron en el país 704.609 niños y niñas, de los cuales un 13% (94.079) eran hijos de adolescentes menores de 20 años y 2.493 de niñas menores de 15 años. Al año siguiente se lanzó el Plan. El presidente de entonces era Mauricio Macri. El Plan continuó con el gobierno de Alberto Fernández. Las últimas estadísticas dan cuenta de 46.236 nacimientos entre adolescentes de 15 a 19 años y 1.394 de niñas menores de 15 años. El Plan Enia logró reducir los embarazos en la adolescencia a la mitad.
Desde hace décadas, en casi todos los países del mundo se trabaja para que desciendan las tasas de embarazo en la adolescencia. Las razones son múltiples: van desde los enormes riesgos físicos que implica para cuerpos aún en desarrollo, hasta los problemas psíquicos que puede desencadenar, además de los determinantes económicos y laborales que provoca en las trayectorias de vida.